
La Bolsa de Cereales confirmó lo que muchos suponían: las lluvias de septiembre mejoraron notablemente las reservas de agua que había en los suelos y ahora el trigo pasó de esperar 20,1 millones de toneladas (Mtn) de producción total a intentar superar la barrera de las 20,5 Mtn. La clave está en de las 6,9 millones de hectáreas en total, había unas 650.000 que hasta finales de agosto se estimaban que no iban a ser cosechadas por los avatares climáticos. En lo que tiene que ver con gruesa, la soja es la contracara y el maíz aprovecha su caída.
“Las recientes lluvias cambiaron la dirección. Agosto cerraba sin agua y con 650.000 ha regulares a malas, pero las lluvias trajeron un punto de giro y terminaron con tres meses de falta de agua en la región pampeana: el 60% de Buenos Aires recibió entre 45 y 70 mm, lo mismo el 57% de La Pampa y el 90% de Entre Ríos”, remarcaron los técnicos de la Bolsa de Cereales porteña.
De esas 650.000 hectáreas que eran un signo de pregunta hasta hace pocos días, ahora la previsión es que de las casi 7 millones de hectáreas sembradas para esta campaña solo unas 200.000 se calcula que no podrían ser cosechadas.
En este sentido, las hectáreas que aún siguen siendo observadas se concentran en el noroeste argentino, que quedó “fuera de alcance”. Las zonas productivas del este de Chaco y oeste de Santiago del Estero apenas recibieron un puñado de milímetros durante estas últimas lluvias, lo que pinta un cuadro de déficit hídrico que también comprende a Tucumán.
“El trigo está transitando etapas de alta demanda hídrica con escasas reservas y muy castigado por las fuertísimas heladas de fines de julio, cuando nevó en el sur de Brasil”, explicaron los técnicos.
Por eso las lluvias fueron vitales en las zonas en las que sí se produjeron las precipitaciones. La Bolsa destacó que en líneas generales, sin contar la situación del Noroeste, “los cultivos en general están sanos”.
“Hay una presencia muy baja de enfermedades, sin plagas importantes ni problemas de malezas por la buena implantación. Con la excelente fertilización realizada este año, se espera llegar a espigazón con buenos números de macollos y en muchas áreas ya se habla de pisos de rindes que son muy superiores a los del trigo del año pasado”, precisaron.
En materia de rindes las provincias que pican en punta son Buenos Aires, La Pampa, Entre Ríos y buena parte de Córdoba y Santa Fe.