
Luis Zubizarreta de ACSOJA, en diálogo con Tranquera, criticó que la oleaginosa soporte retenciones muy superiores respecto a otros cultivos. Si bien las estimaciones de la BCR marcan un pequeño repunte interanual en el área sembrada, con 50 millones de toneladas proyectadas para la próxima campaña, esos números están muy lejos de la marca histórica. En cambio, el maíz sigue en niveles récord.
Según las proyecciones difundidas esta semana por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) para la campaña 2020/21, el área de soja tendría un repunte del 0,6%, es decir unas 100 mil hectáreas, respecto al año pasado, dado que la intención de siembra es de 17,3 millones de hectáreas.
Así, según el pronóstico de la entidad rosarina, habría una cosecha de 50 millones de toneladas de la oleaginosa, que sumadas a las 48 millones que se esperan para el maíz, se alcanzaría un rinde de 98 millones en la próxima cosecha gruesa.
Si bien esta leve suba del área es una buena noticia para la actividad sojera, cuando en un principio se esperaba un nuevo retroceso de la superficie de este cultivo, lo cierto es que para la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (ACSOJA) estos guarismos tienen un sabor amargo si se miran en perspectiva, ya que se encuentran muy lejos del récord de más de 60 millones de toneladas, en la campaña 2014/15.
“Una de las frustraciones que venimos marcando es como, en los últimos 10 años, Brasil pasó de una cosecha de 70 millones de toneladas a una de 120 millones. Mientras que nosotros nos quedamos por debajo del récord del 2015. Es decir, que venimos más bien en baja durante los últimos años, cuando en realidad el mundo sigue demandando soja y Brasil está aprovechando esa oportunidad. Incluso con peores condiciones tanto agronómicas como logísticas, ya que la producción brasilera, en promedio, está bastante alejada de los puertos”, analizó el presidente de ACSOJA, Luis Zubizarreta.
Clima, un factor que siempre es clave
Pero al margen de las cuestiones vinculadas a la macroeconomía y las políticas agropecuarias, habrá un aspecto que, como siempre, será fundamental para el desarrollo de la campaña gruesa: el clima.
“Habrá que ver lo que sucederá con las lluvias, que es un gran signo de pregunta. Las precipitaciones de hace unos días ayudaron a levantar el ánimo, pero ahora entiendo que los pronósticos no están dando mucha agua para los próximos días, cuando ya nos vamos acercando a la primavera. La gran incertidumbre a esta altura del año es el clima y veremos si finalmente aparece La Niña (descenso de temperaturas y posibles sequías en algunas regiones), o hay un escenario más neutral. Eso es fundamental para el futuro de la producción”, consideró Zubizarreta.
En ese sentido, pese a las últimas lluvias, Zubizarreta resaltó: “Los perfiles no están tan cargados como otros años y arrancamos con niveles que preocupan un poco. Por eso es necesario que se empiecen a regularizar las precipitaciones de primavera. Eso es lo más importante, que empiece a llover de forma continua”.
Además dijo que la zona oeste es la más afectada por esta dificultad. “Te diría que en Córdoba están las mayores complicaciones. Mientras que, cuando te vas hacia el este, el problema es menor”.
Por último, evaluó que el temor a la seca puede ocasionar que muchos productores se decidan por sembrar soja en desmedro del maíz, que suele ser más sensible a la falta de agua. “La soja también es más barata de producir. En años complicados, algunos se inclinan hacia cultivos que requieren de menos inversión”.