
La provincia del Chaco reactivó la exportación de carne caprina al mundo, con el envío de 22 toneladas de carne caprina a las Bahamas.
Lo hizo con la supervisión y fiscalización del Senasa, que llevó adelante la sanidad e inocuidad de la mercadería en la localidad chaqueña de Pampa del Infierno, para luego ser destinadas a Buenos Aires y desde allí, vía marítima, al destino final.
Desde Chacho, exportan 22 toneladas de carne caprina
La provincia del Chaco reactivó la exportación de carne caprina al mundo, con el envío de 22 toneladas de carne caprina a las Bahamas.
Lo hizo con la supervisión y fiscalización del Senasa, que llevó adelante la sanidad e inocuidad de la mercadería en la localidad chaqueña de Pampa del Infierno, para luego ser destinadas a Buenos Aires y desde allí, vía marítima, al destino final.
La operación comercial fue impulsada a través de un acuerdo entre el Ministerio de Producción, Industria y Empleo, la Cooperativa Trento-Chaqueño y la firma privada Goat Export SRL. Se faenaron caprinos pertenecientes a productores locales, de El Sauzalito, Miraflores, Fuerte Esperanza, El Espinillo y Misión Nueva Pompeya.
Los cortes fueron envasados al vacío e identificados con información sobre el pesaje y calidad nutricional, respetando todas las normativas internacionales alimenticias, informó el Senasa.
De esta manera, la provincia vuelve a exportar carne caprina reflotando una actividad comercial que ya se había implementado hace cinco años y permitió al Chaco colocar cortes en distintos mercados, entre ellos Emiratos Árabes Unidos.
Según informaron desde el Senasa, la faena fue realizada en el establecimiento frigorífico bajo supervisión oficial N° 4077, habilitado para el tráfico federal y exportaciones. “Allí personal veterinario del organismo controla el estado sanitario y documental de los animales y transportes que ingresan al establecimiento y realiza la inspección ante y post mortem del ganado”, afirmó.
El Senasa supervisa también, las operaciones estandarizadas de saneamiento (POES) y controla la implementación de sistemas de gestión y aseguramiento de la inocuidad, tales como las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), Procedimientos Operativos Estandarizados de Sanitización, Manejo Integrado de Plagas (MIP) y Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HCCP por sus siglas en inglés).